¿Qué decir de la Línea 12? El constante quebradero de cabeza de los capitalinos, que llenó el DF de obras, polvo, vialidades reversibles y gente furiosa fue inaugurado apenas el año pasado. Casi puedo decir que huele a nuevo...recién la abrieron el último 30 de agosto. Jimena, una amiga, que es en parte la culpable de este blog, dice que le parece increíble pasar junto a la placa y ver que la fecha es un día muy cercano. Mas aún, ¡no hay vendedores ambulantes! Pero tampoco señal de Iusacell. Sí, no se puede tener todo en esta vida...
Tanto se ha dicho de la Línea 12 Bicentenario en esta ciudad en la que vivo que poco queda novedoso por decir; baste con que las hordas de gente que, a diario invaden este medio de transporte son, acaso, mucho más numerosas que las de transportes alternos. Pero eso no importa; el objetivo era caminar y yo no camino dentro del vagón, ni en los andenes de 140 m, solo camino por la ciudad, eso daba igual. Máxime si se camina en un bello sábado, espléndido, lleno de luz y smog, brillante, mágico y malhumorado como solo sabe serlo el DF en un 19 de enero me dispuse, en la mañana, a comenzar la etapa más larga del recorrido: la Línea Dorada.
"Llegar del centro a Tláhuac en solo 40 minutos" fue parte de la publicidad que desplegó la administración anterior para la linea 12. Pues no vivo en el centro, pero llegué como en 40 minutos. Eso fue rápido, pero debido a que era sábado, lo que menos quería era empezar a caminar...
9h36 y el símbolo enigmático de Tláhuac se atravesó en mi camino. O, mejor dicho, yo me atravesé entre él y su paisaje de diario. Cosa de perspectiva. Igual que el significado del nombre de la delegación: nadie se ha puesto de acuerdo, si significa "lugar donde abunda el excremento" o "lugar donde se recogen algas". Pues si, quizá se refería originalmente a que las algas eran un laxante, o que hacían daño, pero la verdad yo quizá nunca lo sabré, porque no sé nada de náhuatl. Pero bueno, era mi obligación moral compartirles ambos nombres. Decidan cual les gusta más: si alguien a quien detestan vive por esos rumbos, escojan la primer traducción; si les gusta el sushi, la segunda.
Salir, perderme, hallar de nuevo el camino, ver sembradíos, baldíos, no calle, fueron todos pasos continuos. Pero después de algunas vicisitudes, logré por fin encontrar la siguiente estación: Tlaltenco. Sí, su símbolo es una puerta, aún en pie (que, de hecho, está más cerca de la estación Tláhuac) que era una especie de aduana entre Mixquic y Tetelco (no sé donde se hallara este último). Hacia las 10:03 logré el primer objetivo incierto: hallar la sinuosa y nada transitada Avenida Tláhuac. No hablaré mucho de ella, porque la verdad, recorrer Zapotitlán y ver su árbol de zapotes; Nopalera con su nopal solitario (no pusieron dos para que no la confundiéramos con Bondojito) junto a un hospital psiquiátrico; Olivos, con su ramita de olivo, debido a que en la Nueva España se producía aceite de dicho árbol en esta zona, y Tezonco, con su calavera (según yo, parece una calaverita de azúcar, muy popular en México) haciendo alusión tanto al panteón de San Lorenzo (sí ese mero que siempre están cocinando a la plancha iconográficamente) Tezonco,y a las festividades del día de Muertos, fue un tanto aburrido. Solo una gran avenida, con moteles de paso frente a escuelas, con negocios, con colectivos pasando velozmente a un lado y otro, con centros comerciales, casas particulares y un metro nada subterráneo, sino elevado, y antes de la siguiente estación, lo mismo. Ojo, que por aburrido me refiero a la forma y no al fondo; o sea, aunque cada tienda, Oxxo, Aurrerá, microbús, gente incuso se parezca al anterior, no dejan de advertirse cosas emocionantes, como un sutil cambio de aires, que aunque no es exagerado, sí es sensible, mucho más por la sensación que se respira en cada lugar y perdónenme por el empleo del lenguaje figurativo. Pero así es. Al llegar a Tezonco, eran las 10h45 y parecía un paseo, tranquilo, con la tercera parte de las estaciones recorridas.
Periférico Oriente es la siguiente estación. Su símbolo no es debido a que Periférico tenga puentes, sino a lo cercano del Reclusorio Oriente: es una torre de vigilancia. Pero en ese momento, o sea, las 11h01 yo no tenía idea, así que sin darle importancia e impactado de nuevo por el aspecto (al menos exterior) de su CETRAM, continúe mi camino. Tampoco es como que ahora haya demasiadas cosas cosas por describir, sino más bien, gente y cultura esperando a ser conocida en las siguientes estaciones. Así pasó Calle 11, con el símbolo de estación más comprensible y claro posible: una vasija llena de agua con el cerro de la Estrella encima (si alguien entiende el glifo, explíquenmelo por favor), Lomas Estrella, con sus originales 2 lomitas y una estrella, San Andrés Tomatlán, otro ejemplo de la importancia de construcciones como iglesias para el metro (ver la estación La Villa-Basílica o Lindavista, por ejemplo), y Culhuacán con su algo abstracto cerrito encorvado, que es el de la Estrella. Hacia este lugar, la apariencia e importancia del pueblo de Culhuacán es más que evidente: un Mi Mercado,el antiguo convento de los Culhuacanes y casas con banderas despintadas por la acción blanqueadora del Sol hacían que uno se sintiera en un pueblo, en medio del DF. Para entonces, mi teléfono marcaba las 11h48.
Sin demasiados ánimos ya, debido a algunos cuantos pasos caminados, a un estómgo hambriento y un Luis Miguel asoleado, continúe, porque a veces, cuando uno ya no tiene ganas de algo, lo mejor es seguir, intentando disfrutar el paisaje, pero esperando siempre un pequeño remanso. Que llegaría, después...
La estación 12 es la primer correspondencia: linea 8, direcciones Constitución de 1917 y Garibaldi/La Lagunilla. El transbordo más largo de toda la Red. Dicen que existen bandas transportadoras, como en aeropuerto, y que es tan largo que hay gente afeitándose terminando el mismo. Bueno, no, pero si es más largo que el de La Raza, que tiene túnel con constelaciones, fotos, vendedores y cosas así, supongo que este transbordo es como un 16 de septiembre sin cohetes: menos peligroso y más saludable, pero seguramente, menos entretenido.
Después, tomar la Calzada Ermita-Iztapalapa, para llegar continuar la marcha. Y llegar a la estación más aislada de la red, o así me sentiría yo...porque para llegar a Mexicaltzingo, en el tren son 3 minutos, pero caminando...bueno, la verdad, no lo sé. Porque casi por llegar a Ermita y la Viga, crucero atravesado desde que tengo uso de razón ,y seguramente antes, está la Iglesia de San Marcos. Fiesta en abril, uno de los evangelistas, cuyo tetramorfo es un león, porque se supone que él era como "una voz en el desierto" y a los judíos de aquella época les parecía que solo un león con su rugido podía ser escuchado en el desierto. En esa iglesia, se supone que una de las primeras fundadas en Nueva España, decidí gastar minutos para alimentarme, con un pequeño refrigerio, y re hidratarme. Así, que, para cuando por fin vi la estación, ya eran las 12h40, y el Sol caía a plomo sobre el DF, y por supuesto, sobre mi. Aunque no es algo que me moleste.
Caminar es una actividad solitaria. Como la vida. Uno puede llevar compañía pero es responsable de sus pasos, de su condición, de sus dolores, de su energía y actitud; para entonces, aunque estaba motivado, la verdad es que yo me sentía caminando sin avanzar...atravesé Río Churubusco y pasé por dos de las que iban a ser estaciones del metro: Vía Láctea y Sur 69, ambas canceladas porque los vecinos creían que Sodoma y Gomorra iban a alcanzar sus cristianos hogares, solo porque pusieran dos estaciones de metro...cosa que, al parecer, igual pasó, pero bueno. Fue mucho peor cuando la construcción de la Línea seguía; en fin. Ver Tlalpan a lo lejos, en mi travesía ha sido constantemente un alivio: caminando línea 2, caminando Línea 12, ver Tlalpan hace que me sienta...más en mis rumbos, aunque Tlalpan sea larga, larga como mirada de despedida. En fin, al llegar a Ermita ya era la 1.
Ver un paso peatonal, sucio, oscuro, casi lúgubre por lo descuidado es algo que a uno lo hace dudar más que un "tenemos que hablar", dicho por quien sea. Sin embargo, este tipo de lugares son ecuménicos, dudo que haya punto en el mundo donde no existan rincones y pasadizos así. Pero pues entonces uno se persigna, toma sus cosas y se dispone a romper el récord de bajar-correr pasillo-subir escaleras, y no le pasa nada...o al menos, eso hice yo. Ya, a salvo, del otro lado, solo caminé por el miso eje, 8, hasta llegar a la estación Eje Central, llamada ahora Tata Lázaro. Bueno, no "Tata", sino "Lázaro Cárdenas". Como no podían ponerle la efigie, porque la L9 ya tiene una estación llamada "Lázaro Cárdenas" con la misma, entonces pusieron uno de los medios de transporte que, en mi infancia, más llamaban mi atención. Para mi, eran casi camiones elegantes, con sus tirantes...pero los conocemos como "trolebuses". Así que entonces seguí por el Eje, en vez de tomar por División del Norte...entonces, seguí, llegué hasta Cuauhtémoc...y me di cuenta de mi error. Caminé por Cuauhtémoc y solo tuve que caminar una media cuadra hacia el parque de los Venados, que, claro, tiene dos venados como símbolo. Quién sabe porqué.
Entonces, seguí por el Eje 7. Caminar desde Universidad, por la fresa zona de la Colonia del Valle, pasar por Zapata, donde notaron que la L3 ya era de un color casi dorado y la cambiaron a otro verde, por no contradecirse. Después, apareció un hospital que trae no tan gratos recuerdos, porque en el 20 de noviembre estuvo internada mi abuelita, que después se moriria. Como todos. Para después, ver una estación que recicla dos efigies: la de Hidalgo y la de Morelos, ambas estaciones ya recorridas, hasta ese día, para hacer Insurgentes. Como la brújula era demasiado, ya no la pusieron, pero el nombre es Insurgentes Sur...porque la otra estación en Insurgentes está más al norte. Eso demuestra, como escribiera alguna vez Ibargüengoitia, que los mexicanos tenemos la capacidad de quedar bien con todos, por ejemplo, al nombrar un pueblo: antes se llamaba Tomatlán, pero quiero ponerle San Andrés...pues le ponemos San Andrés Tomatlán. Si se tomaron el tiempo de leerme, alguna vez lean a alguien que sí es brillante. En fin, no queda mucho por decir; al llegar a Insurgentes, donde pasa el metrobús, ya eran las 13h58.
Apretando el paso, y apretandome...los pantalones, llegué por fin, a la serpiente que representa a Mixcoac, el alguna vez, pueblo que tan bien describiera Octavio Paz. Metro Mixcoac, con la serpiente, que es porque el pueblo que existía desde antes de la llegada de los españoles, estaba dedicado al Dios de la casa y la guerra. Se forma esa palabra al sumar Mixtli, "nube" y cóatl, "serpiente. Correspondencia con Línea 7, direcciones Barranca del Muerto y El Rosario. Así, a las 14h09, 4 horas 33 minutos después de empezar, temriné con la línea más larga del metro. Para entonces, había recorrido el 43.78% de la Red, a pie, es decir, 88.788 km de 202.771 km, y el 44.10% de las estaciones: 86 de 195...y todavía después de eso, me fui al centro a conseguir Batman, una tela para hacer pelotas de malabares :).
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