martes, 4 de junio de 2013

Línea 7. Naranja

Lunes , 18 de marzo. Día de puente y de caminata. Como hace años que no escribo, parece que he abandonado esta meta de caminar el metro. Nada más lejos de la realidad: simplemente necesitaba que las palabras crecieran en mí a tal grado que pudiera hacerle justicia no solo a esta, sino a cada una de las líneas que he recorrido.

Esta, como algunas otras líneas, fue acompañado. Y no cualquier compañía, sino dos personas que, para no excederme ni quedarme corto en adjetivos, simplemente diré que son tooooodos unos personajes. O unas: Jimena y Lucero. De Lucero puedo decirles muchas cosas: que es una persona extraña, que es rubia y castaña simultáneamente, que tiene la piel sensible, y que la quiero mucho. De Jimena...también puedo decirles algunas cosas; sin embargo, seria mejor que leyeran, en la categoría de "Narrativa y poesía": http://www.caminosdelalibertad.com/concursos/verConcurso/12/ aunque eso no hablaría de ella, igual quería presumir un poco de lo que hace (:

Reunirse en Barranca para llegar hasta El Rosario era evidente por el emplazamiento de los hogares. y en el fabuloso (no, no puedo cansarme de admirar el trabajo que hicieron en el) CETRAM de El Rosario empezó el recorrido de la Línea más profunda del STCM: la siete, a las 10:02. Por cierto, el logotipo de esta estación es debido a que existía un monasterio que, se cuenta, es inefablemente bello, que pertenecía a la orden fundada por un ex soldado español: San Ignacio de Loyola-hablo de los jesuítas.

El camino no fue demasiado interesante: plática, paso, plática, paso...en esas fechas eran mis últimos días de museo así que honestamente disfruté mucho compartir las 5h18 que tomó el recorrido con las dos personas que más lograron que me dieran ganas de dejarme conocer en Universum. Y es que aunque solamente son 17 km con 11 m, la línea no inspira mucho, amén de los desvíos...

Pero divago. Inaugurada en los últimos días de 1984, solo con cuatro estaciones: de Auditorio a Tacuba (ninguna de las cuáles es terminal ahora), aunque ya entonces Tacuba era correspodencia con L-2, para ser expandida durante tres veces: la primera 10 meses después, de Auditorio a Tacubaya; la segunda, para terminar hacia el sur la línea, hasta Barranca del Muerto, y la tercera para terminarla como está ahorita, hasta El Rosario. 

A diferencia de otras líneas, este camino no tiene tantos contrastes: pasa de ser extraño en la plaza comercial que es el metro Rosario, para volverse como cualquier Avenida principal: contrastante, pero constante. No deja de ser extraño ver casas junto a comercios, al menos para quien no está acostumbrado a la Ciudad, luego lo mismo...hasta que apareció bajo nuestros tenis La Avenida Aquiles Serdán, aquel que antes de la Revolución Mexicana se opuso al régimen, y organizaba una revuelta con pertrechos, y cuando fue descubierto, y todos en su casa acribillados, valientemente...se escondió. Eso mismo, se escondió, y después de un rato así (nomás 15 horas) salió. Y lo mataron. Por valiente, claro... y que ahora adorna el STCM y algunas monedas conmemorativas.

Unidades después, y tras haber visto uno de los rituales más extraños que se ven en la ciudad (que no en todos lados, los automóviles son encerrados en jaulas, para evitar que se escapen...o que los escapen) y el CCH Azcapotzalco, apareció el Metro Aquiles Serdán. Bueno, no solo apareció eso sino una joya que muestra las personas que son la pareja ideal de la sala de Química: Jimena y Lucero, que decidieron contar perros y hasta apostaron la cantidad que aparecerían...







Camarones -llamada así  por una casi coincidencia: existía en este lugar un pueblo, llamado "Camarones" porque existían algunos animalillos que, cocinados de cierta manera, sabían muy parecido a los camarones- y Refineria-porque antes existía en esta zona una refinería de Pemex- aparecieron una tras otra. No vimos más que de lejos el parque Bicentenario, inaugurado con ocasión de este hecho, y enterarme que la infancia de una de ellas fue vivida entre árboles pequeños...





Acabando la Avenida Aquiles Serdán, ver por última vez en este recorrido metro Tacuba, con sus flores, y después de un leve...desconcierto en el camino, hallamos Lago Chiem, para a las 12h06 ver el metro Río San Joaquín, con su distribuidor vial, y después de pasar por Lago Alberto, y ver que un tocayo custodia una taquería, entrar a una de las zonas más nice del recorrido: Polanco.


Polanco...judíos, dinero, señoras operadas, esquina donde Jimena y yo trabajamos en una esquina...haciendo malabares, claramente. Todo eso, y mucho, muuuuuuuucho más significa esta zona, que tiene metro con una torre barroca libanesa. Después, el metro Auditorio, que nos alimentó benévolamente, y ver como las esculturas son regadas (para que crezcan por supuesto) y la parte más perturbadora del recorrido: pasar Periférico.

La kilométrica - y no exagero, casi 1500 m- vuelta que tuvimos que dar debido a que tenemos cara de terroristas panameños intentando asesinar al presidente, y no pasar por los pinos es acaso denigrante, en el mejor de los casos. Y es que Buckingham está abierto, la Casa Blanca también...y yo solo he entrado a los Pinos una vez, cuando fui a desayunar con el presidente.

En fin, Constituyentes se apareció, con un letrero que advertía acerca de realizar una actividad muy normal en el ser humano. Y las consecuencias que tendría. No muy lejos de ahi, apreció una de esas cosas que a uno lo animan y desaniman a la vez; de esas metas tan claras que más que metas, son escalones: avenida Revolución. Y es que aún faltaban el lugar donde se junta el agua (Tacubaya), San Pedro de los Pinos, San Antonio, pasar por el Pop Life, por una comer, por kilómetros sin encontrar una heladería...para entonces, ya eran las 14h32.







Litros de agua después, por fin la heladería apareció en metro Mixcoac. El que un vez marcó el final de mi recorrido, ahora solo era la antesala...y por fin, a las 15h20 se perfiló en el horizonte el metro Barranca del Muerto, conocida así debido a que durante la caótica etapa de la Revolución, carrancistas y zapatistas peleaban por la posición, aventando los cadáveres a la Barranca. Bueno, no solo llegamos a la estación, sino también a encuentros...



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